lunes, 17 de octubre de 2011 in

Un café en el que uno debe perderse

Un café en el que uno debe perderse

Fotografía de José Luis Bermejo

Un cariñoso lector que se ha adentrado entre los tentáculos de La Medusa me ha remitido un artículo, que al final reproduciré, del diario La Rioja de 30-3-2008 acerca de un libro que se está escribiendo sobre los 100 años del café Moderno. 

A Paca siempre le ha gustado, es un tanto cacharrera, esos conjuntos de objetos más o menos emparentados, cuyo factor común es, precisamente, que hace años que están fuera de nuestras vidas. Quisiera tener a mano un triciclo de antes de la Guerra, un tintero y unas canicas de cristal que expresen la huella del tiempo y la decrepitud de las cosas. Paca posee como una atracción enfermiza por lo vetusto, lo desvencijado, lo sórdido y lo rancio. A La Medusa Paca no es que le guste todo lo que huele a naftalina, es que le apasiona y le encanta lo vetusto, esos viejos cacharros que la modernidad desperdicia, olvida y destruye.

Justamente para que esto no ocurra, y ante el articulo arriba mencionado, me enorgullece que Don Mariano Moracia Pérez, actual propietario del Café Moderno de Logroño ha sido capaz de sintetizar los orígenes de este bello rincón logroñés en una sola frase referida a Don Francisco Martínez Zaporta periodista y director que fue del diario logroñés La Rioja, creador en 1913 de un Salón, conocido posteriormente con el nombre de “Teatro Moderno”, dedicado a teatro, varietés, cine y…todo tipo de espectáculos. En la plaza en la que el café subsiste suele decirse que: “Don Francisco hizo para Logroño su plaza, su edificio, su teatro, su periódico y su café.”

Preciosa y certera síntesis porque así fue como hace más de 90 años nació este establecimiento, donde logroñeses y visitantes podemos disfrutar de un buen café (o lo que Vds. quieran) en este viejo rincón…


Fotografía de Juanje 2712 

Diario La Rioja
CASCO ANTIGUO
Crónicas de un café
Mariano Moracia y Pepe Gómez Lozano preparan, con mimo y tiempo, un libro sobre los cien años del emblemático café Moderno, cuyo aniversario se celebrará en el 2014

30.03.08 - E. ESPINOSA

"Con las miras puestas en el año 2014, Mariano Moracia y Pepe Gómez se han embarcado en la edición del libro con el que pretenden celebrar los cien años del café Moderno de la capital riojana. Un establecimiento emblemático, atemporal, de heterogénea y fiel clientela y lleno de historia. Llevan meses recopilando documentación gráfica y escrita sobre este local, actualmente regentado por Mariano Moracia. Él suma la tercera generación familiar al frente del negocio, desde que su abuelo -también de nombre Mariano- se hiciera con sus riendas poco antes de la Guerra Civil. Pero la historia del Moderno se remonta años atrás, probablemente a 1914, cuando Federico Sánchez lo inauguró como café bar Madrid. Mariano, su abuelo y su padre, Julián, serán sólo algunos de los muchos protagonistas que asomen a las páginas de esta publicación, aún en ciernes. «Nuestra intención -explica Pepe Gómez- es relatar los cien años del café, apoyados en imágenes, e introducir distintas colaboraciones de gente que ha formado parte de su historia». «Será un libro abierto -insiste Mariano Moracia-, donde también pretendemos reflejar las distintas facetas del establecimiento a lo largo del tiempo». De hecho, fue café teatro y sala de proyección de cine mudo; contó con los primeros billares y futbolines de la ciudad; mantuvo una íntima relación con el vecino Teatro Moderno (hoy cine) e incluso con el séptimo arte, una vez que su fachada quedó inmortalizada en la película 'Calle Mayor' y su interior, en la contemporánea 'Pasos', de Federico Luppi. Más reciente es su afinidad con las peñas (sobre todo La Simpatía), con los peregrinos del Camino de Santiago, con la reivindicativa plataforma que hace unos años surgió en defensa del Teatro Moderno e incluso con el PSOE (por su relación de vecindad, al margen de la política).El grueso del libro que Pepe y Mariano preparan con minuciosidad contendrá fotos e historias conservadas en papel y en la memoria de este último, quien entró a trabajar en el Moderno con 14 años. Gracias a él se mantiene la esencia y encanto de este café, así como su estructura original y algunas piezas, hoy de museo, que en su día tuvieron gran uso en este café. Entre ellas, Mariano menciona el gran reloj Coppel, los espejos con propaganda de Anís del Gato, el peso, la antigua cafetera, el sifón, el molinillo, la caja registradora e incluso las mesas. Relevante, también, es el legado fotográfico que cubre sus paredes. Tras meses de bucear entre archivos y viejos documentos, Pepe y Mariano se han topado con alguna sorpresa, como con un café Moderno anterior al que hoy nos ocupa, incluso previo al coliseo del que recibió su nombre. Se ubicaba junto al teatro (donde hoy se levanta el bar California). También dieron con otro café Novelty (como también se llamó el Moderno) en las proximidades del Paseo del Espolón, sobre el año 1912."

Fotografía de Jaro

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