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lunes, 30 de abril de 2012 in

Mayo, el rey de la primavera


Mayo, el rey de la primavera

“Ya viene Mayo por esas cañadas, espigando los trigos y granando cebadas”

Mayo es el rey de la primavera, las temperaturas van en marcado ascenso y los días siguen creciendo. Florecen los arbustos por campos y jardines: amapolas, lilas, rosas… Mayo es también un mes hortelano. Se trasplantan plántulas de los semilleros a los surcos, se efectúan escarda de malas hierbas y se dan los primeros riegos. Mes en el que aparecen, acompañados de la mano de aire frío polar, los “ santos del hielo" en fechas del 11 al 14 resultando muy temidos por los campesinos. Luego se estabiliza el tiempo y se alcanza el "veranillo” de las rosas y del ruiseñor; como continuidad del otro “veranillo” abrileño: el de las lilas y el cuco.

Este mes, como si fuese todo un mundo resuena en la obra de Miguel Delibes. Un mundo que conoce bien después de toda una vida tras las perdices por los páramos de la Meseta, de soportar a pie firme tormentas y aguaceros en jornadas de pesca, de amanecer aterido en ríos y lagunas o de observar pacientemente la monotonía de la vida en los pueblos de Castilla. 

El sonido de mayo lo ha escuchado La Medusa repartido bajo la base de esta reconstrucción sonora en El hereje.

Mayo 


La luz ensanchaba y el perdigón llenaba el campo con su cántico ardiente y persuasivo. De la parte del monte sonó una respuesta remota.
-¿Oye? El campo ya contesta (...).
Hasta ellos llegaba el graznido de las urracas, los pío-pío de las cogujadas, el áspero carraspeo de los cuervos. Hacía calor dentro del tollo. El perdigón daba vueltas sobre sí mismo y, de cuando en cuando, emitía un co-re-ché fláccido, sin el empuje inicial. Él mismo se sorprendió cuando le respondió el campo. Se entabló un diálogo de poco aliento entre los dos pájaros sin dejar apenas pausa entre sus cantos.

 

“Historia del mes”

"La sonrisa juvenil y perfumada del año, el mes esplendorosamente poético en que el cielo es más azul, en que los campos se transforman en jardines y en que la niñez católica cosecha flores para llevarlas como ofrenda cordial a los altares de la Virgen María, se ha llamado desde tiempo inmemorial, y prosigue llamándose, Mayo.

Ocupaba el tercer lugar en el primitivo calendario romano y pasó definitivamente a ser el quinto en los calendarios sucesivos: en el de Numa, como en el juliano y en el gregoriano.

Y ¿La génesis de su nombre? En honor de la verdad, no está lo suficientemente dilucidada para que pueda aceptarse como axioma que no necesita demostración.

Autores que han merecido el título de sabios han dado por absolutamente cierto que el nombre de Mayo nació de una costumbre conmovedora y respetabilísima: la de honrar a la vejez. Por virtud de esa plausible práctica. Este mes fue dedicado a rendir homenaje a los ancianos, a los mayores (maiorum), y de esa advocación surgió que el mes de los mayores recibiese la denominación de Mayo.

Pero otros autores igualmente sabios, y de seguro más en contacto con la realidad, sostienen que no es preciso forzar la investigación etimológica, puesto que resulta claro y explicable que el mes dedicado a la bona dea, la Bona Dea o Maia (Maya) tuviese como madrina su deidad titular, y de ella se derivase naturalmente Mayo.

El día primero de Mayo se solemnizaba la dedicación anual del templo de la diosa Maya, y en la misma fecha era festejada la Bona Dea (Divinidad Bondadosa), que se considera identificada con Maya. Las ofrendas consistían -como tributo de hijo a madre-en flores producidas por el mes para ornato y obsequio de la deidad que lo amadrinó.

Maya era la celeste protectora del crecimiento, y en sus manos se desbordaba generosamente el cuerno de la abundancia. y a Mayo corresponde el período de crecimiento en el reino vegetal.

Parece, pues, que-sin excluir por completo la posibilidad de su nacimiento, como consecuencia del culto rendido a los mayores-este mes puede contestar con ufanía a los que le pregunten: “Me llamo Mayo, porque soy hijo de la diosa Maya”. 


Grabado de la revista Blanco y Negro: Hemeroteca ABC. Textos y Fotografías La Medusa Paca. Copyright © 



viernes, 27 de abril de 2012 in

En Pucela la sombra del Cartagena es alargada


La semana previa al partido fue una semana llena de turbulencias, de vetos, desplantes y desiertas salas de prensa en el Cartagonova, y de declaraciones en Pucela por parte de Calle, impropias de un deportista, que fue suplente en ese partido: “tenemos que centrarnos en ir al partido del domingo al trescientos por cien, igual que lo hemos estado dando en los entrenamientos. Hemos de pensar que el Cartagena viene a quitarnos el dinero de nuestras familias y hay que machacarles”.

Y llegó el partido y su protagonista: Víctor Fernández, que fue condecorado con la insignia de oro de su antiguo club.

Todos estos, más el frío siberiano, que se esperaba para la hora del partido en la ciudad vallisoletana, fueron los ingredientes que compusieron todo un atractivo cuadro deportivo.

Y al final vino la victoria, el Efesé ganó con un precioso gol de Toni Moral, tras pase en chuchara de Toché, en remate cabecero y en una acción en la que participaron Víctor y Botelho.


 EN UN RINCÓN PARA DOCE
En Pucela la sombra del Cartagena es alargada
PEDRO ROBERTO J. P. 27 noviembre 2010/20:30 horas
Última actualización 28/11/2010@20:41:25 GMT+1
“Si es cierto lo que se espera,
es un consuelo en verdad;
pero siendo una quimera,
en tan frágil realidad
quien espera desespera”.
(José Zorrilla)
Nuestro Cartagena ha jugado y ganado en Valladolid, ciudad en la que mejor se habla, escribe y pronuncia la lengua castellana. Hemos hecho doblete en Pucela. La ciudad de Zorrilla nos ha acogido con el tributo pagado a Víctor, jugador nuestro hoy y ayer de ellos, al imponerle el Real Valladolid la insignia de oro por los servicios prestados durante nueve temporadas, trescientos dos partidos disputados y ochenta y nueve goles firmados a la orilla del Pisuerga con la camiseta blanquivioleta y el tributo de despedida con el triunfo obtenido en esta tarde noche y visto en toda España.

Nuestro y vuestro Cartagena ha encadenado dos victorias seguidas unidas a tres goles como tres soles, goles sandungueros, goles tándem, goles sin trampa ni cartón, golazos de tomo y lomo y con un cierto gracejo.

Amigos lectores el FC Cartagena por su manera de jugar esta temporada ha estado siempre entre situaciones contradictorias, a caballo entre el ser y el no ser, entre dos situaciones, en medio de corrientes e indeciso entre el lugar del que salía y el sitio al que anhelaba ir.

Escribo en tarde heladora, los calefactores los dejo para los forofos y sacrificados cartageneristas instalados en la congelada grada, entre el crepitar de unos troncos de encina ardiendo y el frío de la calle. En la casa hay jaleo gozoso y el tímpano se resiente escuchando, mezcladamente, la algarabía alegre de los zagales jugando y corriendo, el sonido, a todo dial, de SPORTCARTAGENA-RADIO y las imágenes del televisor que me colocan de alegría como recuerdo.

Me pongo manos a la obra para resumirles, a mi manera, lo que ha representado la primera visita de este Cartagena al campo albimorado y todo ello trenzado al hilo del desarrollo del evento futbolero.

REAL VALLADOLID 0 – CF. CARTAGENA 1

Los de la Ciudad Portuaria, a medida que transcurría el partido, se instalaron y se adueñaron del José Zorrilla, paradoja nominal e intelectual, un dramaturgo dando nombre a un estadio en el que se han unido la épica, la lírica y la dramática con lo trágico, lo cómico y lo deportivo.


Este equipo, el FC Cartagena, lejos de casa, nos ha mostrado, eliminados los picos de tronzador, la misma imagen acuñada dentro. Esta muchachada se ha plantado en Valladolid con mentalidad triunfadora, con confianza y conscientes de su capacidad. Hoy el FC Cartagena ha lavado esa cara sucia, desagradable, hosca y apática y le ha dado brillo en las aguas limpias del Pisuerga.

El articulista disfruta esta victoria como aficionado, forofo, espectador y como montero y prosista de sensaciones y como sufridor de hombre enamorado que demasiado pronto perdió a su compañera.

Este ha sido un partido de los de antes, con frío helador, manta y petaca whisketera reconfortantemente llena y pasada subterfugiamente, sin que el torno la detectara a mayor gloria del aficionado de un tiempo también de antes.

Y en estas estábamos, sacudiéndole un latigazo a la petaca, cuando apareció Víctor, solamente tuvo ese detalle, firme en el suelo, flexible al viento, duro en la pelea para darle el balón a Botelho, arrancar éste y centrar Toché para que Toni Moral hiciese el gol. No se trata de un milagro. No. Estaba ahí plantado y erguido como decenas de iglesias románicas en la paramera. Hoy era, con sus tres retoños, el artista del paisaje. ¡Víctor, quédate a la orilla del Mediterráneo o en cualquier rincón o cala para poder saludarte como prodigioso y gran señor de Castilla!
Todo ha sido grandísimo. Víctor Fernández, el veterano delantero que vino al Cartagonova desde Pucela nos ha deleitado con su “obra futbolística” dejada con mimo como legado, siendo hoy capitán ¡Mariano, qué detallazo! Este pequeño gran delantero, que no es ni santo, ni inocente pero sí pícaro con un balón en los pies ha gozado pero también sufrido en la gélida noche pucelana.

De repente y al marcar el Cartagena el gol, mi nieto Marcos lo celebró con su grito de guerra ¡¡GOL DEL CARTAGENA!! Pronunciando con su vocecita de tiple el “¡Vamos Cartagena, vamos campeón!”.¡Qué delicia de niño y qué cartagenerista en proyecto hay en esta tierra! ¿O no, forastero? No quiero ni imaginar, cuando se junte con su primita cartagenera Vega el belén que van a preparar, acompañados de Millán, envueltos en su bandera.

Me despido con unas líneas delibescas tomadas del relato Las ratas (1962): “Por San Severo se fue la cellisca y bajaron las nieblas. De ordinario se trataba de una niebla inmóvil, pertinaz y pegajosa, que poblaba la cuenca de extrañas resonancias y que, en la alta noche, hacía especialmente opaco el torturado silencio de la paramera...”.

Así ha sido, ni la niebla, ni la cellisca, ni el aviso de nieve oscurecieron al Cartagena, todo lo contrario, nuestros jugadores se “encorparon” haciéndose más asequibles, más joviales, arrancándose con gritos de alegría por el triunfo conseguido. Abandonando Pucela hacia el Mediterráneo seguro que se tropiezan con la nieve. No importa, la expedición marcha calurosamente satisfecha.

Para el cronista ha sido un lujo pasear esta victoria, imaginativamente, por Recoletos o por el Campo Grande y sentir retumbar el grito del gol cartagenero con voz dulce y hospitalaria a la sombra de un ciprés.

¿Y qué decir del árbitro balear Sureda Cuenca, D Pedro? Pues nada, que, como el triunfo de nuestro Cartagena ha estado soberbio, le adelantamos la felicitación de Navidad.

¡Amigos!, hasta el sábado que viene si Dios quiere. No tengan miedo, y prepárense para recibir a los manchegos, saludarles, recordándoles que están ahí a nuestra costa ¿Recuerdan? ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!

Pedro-Roberto J.P. hoy en Villamediana de Iregua. Dies 11/28 ante diem quartum Kalendas Decembres.
Fotos Sportcartagena, viñeta Jotaefe y texto La Medusa Paca. Copyright © 

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