El Icue y…cuando el Cartagena ya contagia miedo
El Icue
y…cuando el Cartagena ya contagia miedo
“El miedo cultiva miedo”. (Byron Janis)
Querido Icue,
que lo sepas: el fútbol no existió en la Belle Époque. De haber existido, el
equipo que comanda Luis Tevenet sería su superviviente.
Decía en la
crónica del pasado domingo que entre Fernando y DeLerma, asistidos por
Antoñito, le pintaron la cara a Carlos Ríos con tres parches de coloretes y le rompieron,
troceándolo, el disfraz recién hecho. Hoy, en esta
undécima jornada a mitad de semana y alejados los viejos fantasmas, se ha
reabierto el baúl de los goles para vencer a este Granada B que metió miedo a
los aficionados del Cartagonova y que, en algunos momentos y ante el pavor, lanzó gritos de ¡Efesé, Efesé,
Efesé! De nuevo el
Efesé enderezó el colmillo, floreció su
competitividad y, abandonando querencias antiguas, apareció el romanticismo, se
asentó la rabia, se juntaron y unieron todos y como dijo Fede: " la victoria del equipo está fuera de la
cancha: todos somos amigos".
Este EQUIPO o GRUPO DE
AMIGOS tiene un mantra nuevo, el de ganar por encima de todo aunque no se pueda
jugar bonito. Y ahí está este conjunto, cada vez más pragmático, con supremacía
de estilo junto a su efesemanía, de nuevo exultante junto a sus banderolas,
bufandas y bocinas para superarse y ponerse encima cada partido. Este conjunto
aprieta y no precisamente por inercia. Sus movimientos están absolutamente
mecanizados. Todo en él ya no es un medio: es un tic. Toma el balón, lo lucha
sin complejos y, comandados por el gran Antoñito, echa la mirada arriba para
buscar a Fernando, a Fede y Mejias que son los chicos de moda, junto a los Limones,
Astraín, sin olvidarnos de ese incisivo y valiente Riau.
Esta noche, cambiaron el
horario, he sentido a un FC Cartagena intenso y, de nuevo, con mucha entrega. Este
equipo ha dejado atrás las versiones pobres, muy pobres y ya deslumbra
practicando un fútbol que es en todos los sentidos tan práctico que lo que
antes era comenzar perdiendo, ahora es comenzar y terminar ganando.
He sentido al Granada B como
que venía a ganar, pero ¡amigos granaínos! a este nuestro Cartagena no se le
gana como aquél que se sienta después de comer a tomarse un cafelito con
paparajotes. Y es que los futbolistas del Cartagena de Levante se han vuelto de
clase alta y ya les sienta bien el caviar y hasta la trufa blanca. Su fútbol ha
sido tan cuajado y tan compacto que ha pregonado y enseñado a los espectadores
del estadio su saludable fortaleza, producto de su vigor futbolístico.
¿Y el FC Cartagena? Pues eso. Ha mirado de frente a
este Granada B, ha organizado su juego casi diabólico, le ha obligado a no
jugar o jugar al tran-tran que le marcaba la intensidad cartagenera exigiéndoles
solícitos esa cuota como una especie de diezmo que debían pagar al señor. Los
del Cartagonova asomaron el lomo, suficiente y necesario para ir agarrándose a
ese algo de cara al futuro. Fue una media hora que comenzó al trote y llegó a
su cenit con un juego que tuvo su momento de explosión con los goles de Mejías
y Fede para luego sufrir cuando el nazarí Álvaro lanzó desde muy lejos y se la comió
Limones, como se la merendó Luis Miguel Arconada en aquella final de la Eurocopa
de 1984 en París, tras la falta lanzada por Platiní que acabó con los sueños de
aquella heroica Selección. Y acabose todo y
nos fuimos. Vale.
Después del partido he
querido darme un paseo y acercarme a un bar que no suelo frecuentar, un bar
alejado de mi casa. Un bar corriente y moliente, uno de esos con barra de
mármol de mesa redonda antigua de jugar al dominó, expositores acristalados
donde los mejillones cambian constantemente de color, lotería de Navidad a la
vista, bufandas blanquinegras colgadas y claveteadas en la paredes con
chinchetas y, en lugar preeminente, una enorme fotografía del equipo en Alcoy en
aquel memorable mayo de 2009 y un televisor encendido con el sonido apagado. Un
bar que no es de diseño ni está de moda. Pero el personal estaba exultante
porque su Cartagena de nuevo había ganado aunque fuese con el resuello en el
cuello. Es que van seis seguidos y no es para menos el alborozo. ¡Ay, ay, ay!
Pedro-Roberto
J.P. desde un “Rincón para Doce”. Dies 10/30: ante diem tertium Kalendas Novembres. Nº 304.
Monasterio de San Millán de la Cogolla
Texto La Medusa Paca. Fotos http://qapta.es/
y La Medusa Paca. Copyright ©