Villancicos a lo Divino
La Adoración de los Pastores. Francisco de
Zurbarán.
Villancicos a lo Divino
“Si no fueras la misma sencillez, ¿cómo
podría suceder lo que ahora alumbra la noche? Mira, el Dios que iracundo
retumbaba en las nubes se hace clemente y viene en ti al mundo”. (Rainer
María Rilke)
Durante los siglos XV, XVI y XVII, decenas, cuando no
centenares, de poetas españoles escribieron versos a lo divino, es decir,
aprovecharon muchos versos, a menudo anónimos, originalmente amorosos,
bucólicos, cotidianos, y les dieron la vuelta, un giro piadoso, religioso,
celeste. Lope de Vega, el más famoso de esos poetas, y el mismo san Juan de la
Cruz y Santa Teresa escribieron no pocos de esos poemas, que se han hecho
célebres. Muchos villancicos navideños, canciones en principio populares de
tema profano (de villanos) nacieron así. En estos últimos días, en que, con
ocasión de las fiestas y con el deseo de documentarme, he leído y releído
cientos de poemas de todos los Cancioneros publicados durante esos siglos, he
elegido unas cuantas canciones, casi siempre anónimas, escritas a lo largo de
esos siglos, y las he vuelto a lo divino navideño, y aquí se los presento:
“No duermen mis ojos…”
No duermen mis ojos,
madre, ¿qué harán?
Velarán.
No duermen mis ojos…
Mirarán.
No duermen mis ojos…
Reirán
cuando vean al Niño
nacer y llorar.
No duermen mis ojos,
madre.
Yo sé lo que harán.
(Canción popular)
“Oy, luna que reluces…”
Oy, luna que reluces,
toda la noche me alumbres.
Oy, luna que reluces,
toda la noche me alumbres.
Hasta que al viejo portal
llegue del Niño la lumbre
que nos ciegue
y nos deslumbre.
Oy, luna que reluces,
toda la noche me alumbres.
(Canción popular)
¿Si le dais posada?
Del
Verbo Divino
la Virgen preñada,
viene
de camino,
¿si le dais posada?
(S.
Juan de la Cruz.)
Si le dais posada,
sabréis que esta Virgen
nos trae desde el Cielo
albas y jazmines.
Sabréis que la noche
de todos los
siglos,
quedó derrotada
por un Sol divino.
¡Por un Sol humano,
que, esta Virgen
Santa,
de parir a punto,
lleva en sus
entrañas!
Si le dais posada,
si le dais cobijo,
será El quien os
sirva
tesoros divinos.
La Virgen María
del Verbo preñada,
busca corazones:
¿si le dais posada?
Luis Tristán. Adoración de los pastores.
Parroquia de San Benito Abad. Yepes.
A la gala del Niño chiquito…
A la gala del Niño chiquito,
bonito.
A la gala del Dios Infinito,
finito.
A la gala de nuestro Señor.
A la gala de toda alegría.
A la gala de Santa María,
la Madre de Dios.
A la gala del Niño chiquito.
A la gala del Dios Infinito.
A la gala también del romero.
Y de José el carpintero,
tan silencioso y mayor.
A la gala del Niño chiquito,
bonito.
A la gala del Dios Infinito,
finito.
A la gala de nuestro Señor.
(Canción Popular)
Pastorcico nuevo…
Pastorcico nuevo,
los ojos de azor,
mira dónde nace
Dios nuestro Señor.
Mira cómo nace
nuestro Creador.
Pastorico nuevo,
los ojos de azor…
(Canción popular)
Y
hoy mi Medusa justifica estos cantares a lo divino recordando a Theilhard de
Chardin en su “Flor del Universo”: “…eran necesarios nada menos que los
trabajos tremendos y anónimos del Hombre primitivo, y la larga hermosura
egipcia, y la espera inquieta de Israel, y el perfume lentamente destilado de
las místicas orientales, y la sabiduría cien veces refinada de los griegos para
que sobre el árbol de José y de la Humanidad pudiera brotar la Flor. Todas
estas preparaciones eran cósmicamente, biológicamente necesarias para que
Cristo hiciera su entrada en la escena humana…”
Ýañez de la Almedina. Adoración de los
Pastores. Retablo Mayor de la Catedral de Valencia.
Selección
de textos y fotografías La Medusa Paca. Copyright ©