Tercer reventón floral
Ahora que los almendros de mi pueblo, Grávalos, ya están florecidos, te invito, amigo lector, a poner
tus pisadas en estas huellas. Están siendo cuatro semanas, lo que suele durar
el estallido floral, que se están mostrando en cuatro poemas, tan humanos, tan
nuestros, tan míos, que nada te quitarán de tu propia humanidad. Te habrás dado
cuenta, en su lectura, que aparecen tan sinceros que, posiblemente, te harán
pensar en ti mismo. Son tan cálidos, que su calor puede suba hasta tú mismo
corazón. Son tan profundos que creerás, en algún momento, hundirte en terreno
desconocido. Son tan sencillos, que nada te dirán que tú antes ya no supieras.
Pero, sobre todo, muy sobre todo, están siendo tan humildes, tan humildes, que
si tú, querido lector, no les aportas algo de comprensión poética de tu vida,
de tu experiencia más íntima, ellos tampoco te darán la verdad ni la belleza de
su alborozo. Ya lo sabes, si quieres
leerlos, sólo quedan éste y uno más. Están siendo cuatro reventones, pero florales. Vale.
PALETA DE FLORES
¡Almendro gravaleño!
Acúname en tu aroma,
goce sensorial
de alto almendro.
¡Almendro gravaleño!
Tu fragancia sabe
a campos teñidos
y hondas soledades.
¡Almendro gravaleño!
Tu vaho es aprendido
en horas de acecho
al néctar en flor.
¡Peña Herrera!
Méceme en tus algodonosas
tonalidades vibrantes.
Yo te daré, a cambio,
silencios de mi alma
para eternizarlo
en tu paleta de flor.
¡Peña Redonda!
Haz que no tiemblen mis piernas
cuajadas de vientos multicolor.
Yo te daré a cambio
alfombras de flor en flor.
¡Peña Redonda y Herrera!
PRJP.
N.º 06 En el recuerdo de las Peñas Redonda y Herrera, décimo quinto día de
marzo del 2018.
Texto
y fotografías La Medusa Paca. Copyright ©
